Evan Roberts - Avivamiento Gales
Gales, 1904, sucede uno de los hechos más impactantes e inquietantes en la historia de la Iglesia. Por casi trece años un jovencito estuvo orando insistentemente por avivamiento, su vida consistía en buscar a Dios cada día, cuando los demás jóvenes de su edad se distraían en las cosas de esta tierra, él tenía su mente y corazón puestos en el cielo. Se llamaba Evan Roberts. Un día le dijo a su más cercano amigo: “Vamos a ver el avivamiento más poderoso que Gales haya conocido, y el Espíritu Santo está por venir ahora. Debemos estar listos, debemos ir por todo el país predicando ¡¿Crees que Dios puede darnos cien mil almas ahora?!” En seis meses cien mil almas vinieron a Cristo.
Evan Roberts - 1904 -
Evan Roberts – 1904 –
Un genuino avivamiento debe no solo impactar a la iglesia sino a la sociedad donde esa iglesia se mueve. En el avivamiento de Gales la iglesia se despertó a la oración intensa, los cultos se prolongaban hasta la madrugada, la gloria de Dios era palpable y las almas caían en profunda convicción de pecado, creyentes de todo el país y de todo el mundo vinieron a beber de las fuentes del Espíritu. Los periódicos locales y nacionales hablaban de ello, toda la sociedad hablaba, a favor o en contra pero a nadie resultaba indiferente lo que estaba ocurriendo en la Iglesia. Cientos de alcohólicos abandonaron las cantinas para volverse sobrios y padres de familia ejemplares. Muchas tabernas cerraron por falta de clientes o directamente cambiaron de rubro. Prostitutas y personas marginales cambiaron radicalmente, y visiblemente, de vida. Los eventos deportivos se suspendieron, nadie iba a verlos, y hasta los deportistas estaban en el culto. Las compañías teatrales dejaron de ir a Gales porque no tenían público, las personas solo querían oír la Palabra de Dios. El índice de delitos y criminalidad bajó drásticamente, los tribunales tuvieron la mitad de trabajo que antes del avivamiento. Las comisarías se vaciaron, no había detenciones, los policías asistían a las reuniones. Los negocios locales cerraban durante el culto para que los empleados pudiesen asistir. Es bien conocida la anécdota de que ante la conversión de muchísimos mineros que trabajaban en las minas de carbón, los caballos debieron ser reeducados. Pues habían sido adiestrados a obedecer órdenes en forma de malas palabras, pero ahora como el vocabulario de los mineros había cambiado hubo que enseñarles a reaccionar a un “nuevo lenguaje”. Estas cosas, aunque pudieran parecernos detalles menores, son las que dan fe de un genuino avivamiento; pues si sólo cambia la congregación pero la sociedad no es impactada en hechos concretos, es de temer que no sea un avivamiento sino un simple emocionalismo. (Editorial Diarios de Avivamientos)
“La profundidad de un avivamiento será determinada exactamente por el espíritu de arrepentimiento que este logre. En realidad, esa es la clave de todo verdadero avivamiento nacido de Dios.” (Frank Bartleman – Azusa Street)
“En el avivamiento de Gales los grandes expositores de Inglaterra tuvieron que venir a sentarse a los pies de los rudos y curtidos trabajadores mineros, y ver las maravillosas obras de Dios.” (Frank Bartleman)
“Evan John Roberts nació el 8 de junio de 1878 en el rígido hogar calvinista-metodista de Henry y Hannah Roberts. Creo que el “espíritu del avivamiento” se manifestó inmediatamente en él. Sus padres influyeron grandemente en el cultivo de ese espíritu y esa naturaleza en él. Su naturaleza era de excelencia y sensibilidad. La familia era conocida por su amor por la Palabra de Dios y su duro trabajo. Cada miembro de la familia, sin importar cuán joven fuera, tenía su Biblia bien gastada.
Hannah y Henry Roberts - padres de Evan Roberts
Hannah y Henry Roberts – padres de Evan Roberts
El firme carácter de Roberts fue resultado de la formación recibida en su familia. Cuando Evan aún era muy joven, su padre se lesionó en un accidente en las minas. Por lo tanto, Evan debió dejar de estudiar para ayudarlo en el trabajo minero. Pero nunca se quejó por esto. Pronto, Evan desarrolló el hábito familiar de memorizar la Biblia. Nunca se lo veía sin su Biblia. Se ha dicho que solía esconderla en hendiduras de la mina donde trabajaba. Un día se produjo un enorme incendio que quemó todo a su paso… todo, excepto la Biblia de Evan. Sus páginas sólo fueron algo chamuscadas. por lo que él pudo continuar llevándola todos los días y memorizando pasajes de ella. Cada mañana, Evan se ubicaba a la entrada de la mina, para dar un pasaje en particular a cada uno de los obreros que pasaban, para que lo meditaran. Luego, cuando los veía salir por la noche les preguntaba: “¿Qué verdad encontraste en ese texto?” Estos hombres, esforzados trabajadores, que pasaban junto a ese joven cubierto de polvo de carbón, no tenían la menor idea de cómo Dios utilizaría a Evan para cambiar a su nación.
Evan era totalmente diferente de los demás jovencitos de su edad. Nunca participaba en actividades deportivas, distracciones o bromas pesadas. Trabajaba en las minas todo el día. y luego iba a su casa y caminaba más de un kilómetro y medio hasta llegar a su iglesia, la Capilla Moriah. A los trece años de edad, experimentó su primer encuentro con Dios. Fue entonces que se comprometió a dedicarse aún más a la obra del Señor. Una frase simple, pero profunda, pronunciada desde el púlpito de la Capilla Moriah, cambió la vida de Evan. La frase “¿Qué haría Jesús?” se convirtió en su obsesión. Repetidas veces se preguntaba: “¿Qué he hecho para Jesús?”, mientras se dedicaba más a la tarea del Señor.
Evan Roberts - leyendo
Evan Roberts – leyendo
El deseo de Evan de entregar su vida al Señor era tan intenso que leía todo lo posible relativo a él. Utilizaba sus ganancias para comprar instrumentos, que luego aprendía a tocar. En realidad, podía ser excelente en casi cualquier cosa a la que se aplicara, porque se entregaba de lleno. Se desarrolló en forma excelente en las muchas oportunidades como aprendiz de negocios que se le ofrecieron, y su carácter personal era excelente. También fue un escritor prolífico, y muchos de sus poemas y ensayos eran publicados por los periódicos locales. Mientras otros jovencitos de su edad estaban interesados en salir con chicas. Evan casi siempre estaba dentro de la iglesia, discutiendo sobre las Escrituras con otros hombres. Pronto, los ancianos de la iglesia, le encomendaron comenzar un grupo de debate para jóvenes de su edad que se reuniría semanalmente. Pero estos tiempos felices terminaron abruptamente cuando se produjo una explosión en la mina en la que Evan trabajaba. Los hombres solteros fueron los primeros en perder su trabajo. Así que en 1898, Evan comenzó a trabajar en Mountain Ash, una ciudad al norte de donde él vivía. Y se fue de su hogar, sin darse cuenta de la preparación espiritual que había obtenido.” (Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
“Por diez u once años había orado por avivamiento. Podía quedarme despierto toda la noche para leer o hablar sobre avivamiento.” Evan Roberts
Se dice que la mujer, propietaria de la casa donde él alquilaba una habitación, le pidió que se fuera debido a sus continuas vigilias, oraciones y predicaciones a solas en su habitación, ella debió creer que estaba loco.
“En ese momento, pocas personas entendían el poder de la oración. La mayoría asistía a la iglesia por compromiso moral, no espiritual. Pero Evan no. Debido a su deseo único por el Señor, se entregaba a la oración y la intercesión. Tanto es así, que cuando tenía veinte años, algunos lo consideraban un “lunático místico”. Por todas partes circulaban historias sobre él. Había rumores de quienes decían haberlo visto “como en trance” parado junto al camino, mientras suspiraba profundamente y sus labios se movían sin pronunciar sonido.
También se decía que meditaba tan largamente en la Palabra que muchas veces pasaba sin cenar. Algunas veces se quedaba hasta altas horas de la madrugada hablando con algún amigo, y orando por el avivamiento.
Varios ministros, muy preocupados por su comportamiento, se acercaron a Evan. Él simplemente les respondió: “Pero el Espíritu me movió”. Durante este tiempo, sus amigos le presentaron a un médico estadounidense, el Dr. Hugues. Este dijo a sus amigos que Evan sufría de “manía religiosa”. Un hombre cristiano dijo de Evan: “Generalmente teníamos una lectura y una oración juntos, antes de apagar la lámpara. Después de esto, yo oía a Evan clamando y gimiendo en el Espíritu. No podía entender qué era lo que le estaba diciendo a Dios una vez más, y un santo temor me impedía preguntárselo”.
Evan Roberts
Evan Roberts
Aunque la gente no entendía los métodos de Evan, el poder espiritual que él demostraba era inconfundible. En cierta ocasión, viajó hacia Builith Wells para una reunión de oración en la que le habían pedido que orara. Los corazones de los presentes se derritieron ante el poder que se desprendió de la oración de Evan. Después del culto, el ministro se acercó a él y le aconsejó que considerara la posibilidad de entrar en el ministerio de tiempo completo. Evan la consideró, y respondió al llamado. Por medio de su iglesia, recibía invitaciones para predicar en las doce iglesias afiliadas, y sus sermones eran recibidos con gran aprobación. Evan confió a un amigo que su secreto celestial era: “Pide, y te será dado. Practica una fe completa y definitiva en la promesa de Dios en el Espíritu“. Durante este período, Evan escribió a un amigo diciéndole: “He orado para que el Señor nos bautice a ti y a mí con el Espíritu Santo“. Poco después, fue sacudido tan profundamente por el Señor, que su cama tembló. Después de esto, cada noche a la 1:00 de la madrugada, Evan despertaba “para tener comunión con Dios”. Oraba durante cuatro horas, se dormía a las 5:00 de la mañana, durante otras cuatro horas, y nuevamente oraba desde las 9:00 hasta el mediodía.” (Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
“En diciembre de 1903, Evan supo en su corazón que Dios había planeado un gran avivamiento para la comunidad de Gales. Mientras predicaba en Moriah, dijo: “He extendido mi mano y tocado la llama. Estoy ardiendo y esperando una señal“
Durante este tiempo, todas las denominaciones en Gales estaban orando por un avivamiento. La Capilla Moriah tenía una doctrina calvinista muy estricta, por lo que Evan estaba bien entrenado en la doctrina de “hombre, pecado y salvación”. Los jóvenes estudiantes que aspiraban a entrar en el ministerio debían escuchar a los grandes hombres de su denominación y copiar sus estilos de predicación. Pero Evan era la excepción. Aunque había sido admitido en el instituto bíblico, no pudo completar sus estudios debido a su ardiente deseo de predicar y orar.” (Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Iglesia Moriah Gales del Sur
Iglesia Moriah Gales del Sur
“Para Evan Roberts, 1904 fue un año de grandes luchas. Se sentía atormentado por estar entre dos extremos: lo que todos esperaban que hiciera, y lo que él sentía que el Espíritu de Dios deseaba que hiciera. Su amigo más íntimo, Sidney Evans, asistió a una reunión de oración de la que regresó muy entusiasmado, y contó a Evan que había rendido enteramente su vida a la obra del Señor. Pero Evan reaccionó en forma muy extraña. Temiendo no poder recibir la plenitud del Espíritu de Dios, cayó en una profunda depresión, algo que se repetiría varias veces durante su ministerio. Estaba tan consumido por esta idea que nada podía aliviarlo.
Luego, en setiembre, los amigos de Evan lo persuadieron de que fuera con ellos a escuchar al tosco evangelista Seth Joshua. Sin que Evan lo supiera, el Rev. Joshua había orado durante años para que Dios levantara otro “Eliseo” de una persona común y lo “invistiera con el manto de poder”. Y Joshua recibió exactamente lo que había pedido.
Cuando se produjo el tremendo avivamiento a través del liderazgo de Evan Roberts, los grandes y solemnes predicadores de Inglaterra y Gales se vieron obligados a sentarse a los pies de rudos y toscos trabajadores mineros, para ver las maravillosas obras de Dios. Evan permaneció en silencio durante todo el culto. Pero cuando Joshua comenzó a orar: “¡Dobléganos! ¡Dobléganos”, el alma de Evan se conmovió en su interior. Después de la reunión, el grupo fue a la casa de Joshua para desayunar, pero Evan se negó a comer. Estaba extremadamente tenso y solemne. Temía que el Espíritu Santo viniera a él y él no estuviera listo para aceptarlo. Así, una vez más, Evan se colocó a sí mismo en un estado depresivo. En mi opinión, esto mostraba que el joven Evan no comprendía bien las formas en que obra el Espíritu Santo. Esta presión intensa y poco natural que se imponía a sí mismo sólo lo llevó a equivocarse más adelante. El Espíritu Santo jamás obliga a nadie. Nunca ofrece algo que no podemos recibir, ni nos pide que hagamos algo que no podemos hacer. El Espíritu Santo no está para torturar nuestras almas, empujarnos o presionarnos para que nos aislemos de los demás. Él ha venido para darnos poder para servirle. Vino a impartir valentía, sensibilidad y fuerza. Lo único que debemos decir es: “Ven, Espíritu Santo”. Si nuestras vidas necesitan ajustes, él revelará las áreas en que sean necesarios, así como su plan para madurar en ellas. El reino de los cielos es justicia, paz y gozo. Cualquier otra cosa hará que perdamos el equilibrio.
Evan dejó a sus amigos y volvió a la capilla donde el Rev. Joshua había predicado. Mientras estaba allí, comenzó a responder a la oración que Joshua había orado, clamando a gritos al Señor: “¡Doblégame! ¡Doblégame!” En esta oración de sumisión completa, recibió una revelación del amor de Dios. Ese día, Evan se rindió a la voluntad del Señor y permitió que su compasión lo llenara. Más tarde, Roberts diría de esta experiencia: “Era Dios, enviando su amor, que me doblegó… Después que me doblegó, una oleada de paz y gozo llenaron mi alma”. Ahora él se sentía listo para ser el mensajero de Dios.
Aunque muchas veces pareciera que Evan Roberts se sentía movido hacia las cosas de Dios en forma poco natural, también puede decirse que tuvo un gran amor por el Espíritu Santo y su mover en la Tierra.” (Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Evan Roberts
Evan Roberts
“Evan no solía tener visiones con frecuencia. Tuvo su primera visión en octubre de 1904. Mientras paseaba por un jardín con Sidney Evans, Evan notó que Sidney estaba como absorto, observando la Luna. Entonces él miró hacia el cielo y preguntó: “¿Qué estás mirando? ¿Qué ves?” Entonces, repentinamente, Evan lo vio también. Vio un brazo que parecía estar extendido desde la Luna, apuntando hacia Gales. Evan había estado orando fervientemente para que cien mil almas se agregaran al reino de Dios, y recibió esta rara visión como respuesta directa a sus oraciones. Ahora estaba más decidido que nunca a lanzar su ministerio. Estaba dispuesto a dar todo su tiempo y todo su dinero para la obra que tenía por delante. Su afirmación: “No podemos hacer nada sin el Espíritu Santo“, marcó el precedente para el resto de su ministerio, que algunas veces fue efectivo, y otras fue extremista.
Evan, en su ferviente amor por el Espíritu Santo, parecía sentir el deber de “defenderlo personalmente” algunas veces. En cierta ocasión, mientras participaba de un culto, se levantó de un salto, interrumpió el sermón, y acusó a la congregación de falta de sinceridad.
Tan rápidamente como se inclinaba hacia lo extremo, Evan volvía a la normalidad e instruía a quienes lo rodeaban sobre cómo obtener paz con Dios.
Evan finalmente obtuvo permiso para comenzar una pequeña serie de reuniones. Lo que comenzó el 31 de octubre como una sencilla reunión en una iglesia se convirtió rápidamente en un tremendo avivamiento y se prolongó durante dos semanas. El grupo comenzó con unos pocos creyentes consagrados que escuchaban atentamente el mensaje de Evan. En lugar de quedarse detrás del púlpito, el joven líder caminaba por los pasillos, predicando y formulando preguntas a las personas sentadas en los bancos. Esto era algo inaudito para aquella época. El objetivo de aquellas primeras reuniones era dedicar y capacitar a los intercesores para el avivamiento que se acercaba. Evan lo logró exitosamente. Él creía que el avivamiento vendría por el conocimiento del Espíritu Santo, y que se debe “cooperar” con el Espíritu para poder operar con poder. Incluso niños fueron entrenados para orar de mañana y de noche para que Dios “envíe su Espíritu a Moriah, por el amor de Jesús!”
Pronto, los cultos se volvieron más fervorosos, y Evan pidió más obreros al instituto bíblico. Fuertes oleadas de intercesión inundaban el salón durante cada culto, y muchas veces las reuniones se extendían hasta pasada la medianoche. Una vez. Evan oró toda la noche con una congregación y no regresó a su casa hasta la mañana siguiente. Este pequeño grupo de intercesores liderados por el joven evangelista transformó la comunidad entera. Algunas reuniones duraban hasta las 4:00 de la madrugada, y las personas se reunían en la puerta de calle para comenzar a orar a las 6:00 de la mañana. En dos años, el nombre de Evan Roberts era conocido en toda Gales. Durante este vertiginoso avivamiento, Evan se negó a ser reconocido como líder del mismo: criticaba a cualquiera que lo señalara como tal, y rehusaba ser fotografiado. Se dice que una vez llegó a esconderse detrás del púlpito cuando el fotógrafo de un periódico entró a una reunión con una cámara. Como consecuencia de esto, las únicas fotografías que tenemos de Evan son posesión de su familia.” (Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Evan Roberts predicando
Evan Roberts predicando
“Las reuniones del avivamiento de Gales no contaban con coros o ceremonias especiales. No había ofrendas, ni himnarios, ni comités, ni líderes de adoración ni promociones pagas. Los líderes de las denominaciones que anhelaban más de Dios asistían a las reuniones. Se dice que en una ciudad, todos los ministros intercambiaron púlpitos por un día, en un esfuerzo por romper los muros denominacionales y establecer la unidad. Aun las mujeres podían participar. Hasta ese
momento, las mujeres de Gales tenían prohibido participar en cualquier rol público en la vida de la iglesia, pero ahora podían ser vistas orando y alabando abiertamente. Finalmente, Evan llegó a abogar porque las banderas nacionales y raciales fueran derribadas.
El avivamiento de Gales se basó en estos cuatro puntos: (l), Confiesa todo pecado que conozcas. (2) Investiga todas tus cosas secretas y dudosas. (3) Confiesa al Señor Jesucristo abiertamente. (4) Comprométete a obedecer sin reservas al Espíritu.
Muchos decían que no era la elocuencia de Evan Roberts lo que conmovía a los hombres, sino sus lágrimas. En su libro Azusa Street, Frank Bartleman cita a un testigo ocular que manifestó: “Evan Roberts, en el clímax de su agonía, solía caer sobre el púlpito, mientras muchos de los que estaban en la multitud se desvanecían”.
Era común en las reuniones de Evan que los miembros de la congregación repentinamente cayeran de rodillas y oraran en voz alta.
Aunque su éxito se había convertido en el comentario de toda la nación, muchos aún no sabían qué pensar de Evan Roberts. Estaban acostumbrados a los ojos ardientes de los antiguos predicadores, y Evan jamás levantaba la voz. Algunas veces lo llamaban “el predicador silencioso”. Si no sentía la unción para predicar, permanecía en silencio. En cierta ocasión, Evan se quedó sentado en el primer banco durante tres o cuatro horas, y luego se levantó a predicar durante sólo quince minutos.
También, en ese tiempo, la gente estaba acostumbrada a predicadores de rostros serios y solemnes. Pero Evan era todo lo contrario. Su rostro brillaba continuamente. Una vez, cuando un ministro leyó una lista de treinta y tres personas que se habían convertido, Evan lo abrazó y exclamó: “¿No es glorioso?”
Naturalmente, estaban las preocupaciones usuales. La gente murmuraba porque parecía no haber orden en los cultos. Y Evan trabajaba todo el día, sin descanso. Cuando alguien le preguntó al respecto, cierta vez respondió: “¿Cansado? Jamás. Dios me ha hecho fuerte y varonil. Puedo enfrentar a miles de personas. Mi cuerpo está lleno de electricidad día y noche y vuelvo a las reuniones sin dormir”. Es un hecho documentado que Evan Roberts comía y dormía muy poco durante los primeros dos meses de este avivamiento. En realidad, sólo dormía dos o tres horas por noche.
Era común que personas provenientes de ciudades y comunidades cercanas atestaran las reuniones de Evan. En un pueblo en que vivían tres mil personas, más de mil asistían a las reuniones. Si no llegaban a tiempo para conseguir un asiento, se quedaban afuera, aunque sólo fuera para poder ver a hurtadillas qué sucedía. Atónitos, los reporteros informaban que estas comunidades jamás habían tenido tantos visitantes como cuando Evan Roberts llegaba a alguna de ellas. Pronto la noticia de este avivamiento se esparció a otros países. Gente de Sudáfrica, Rusia, India, Irlanda, Noruega, Canadá y Holanda corría a Gales. Un grupo de estadounidenses llegó solamente para poder decir: “Estuve allí cuando se produjeron los milagros”. Muchos venían para llevarse una parte de ese avivamiento a sus propios países. Se dice que durante este tiempo, el evangelista y periodista californiano Frank Bartleman escribió a Evan preguntándole cómo podría llevar el avivamiento a Estados Unidos. Evan intercambió varias cartas con Bartleman, y en cada una incluía principios para el avivamiento, mientras le aconsejaba que lo buscara y le aseguraba que estaban orando por él en Gales. Bartleman luego tendría el importante rol de registrar lo ocurrido durante el avivamiento de la calle Azusa que se originó en el sur de California en 1906. No hay dudas de que el avivamiento en Gales despertó un hambre por Dios a nivel mundial.” ( Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Campañas de Evan Roberts
Campañas de Evan Roberts
El Avivamiento de Gales y el de la calle Azusa vieron la luz en medio de la oración, en la misma época y bajo los mismos principios:
“Yo le había escrito una carta a Evan Roberts a Gales, pidiéndole que oraran por nosotros que estábamos en California. Recibí una respuesta en la que decía que lo estaban haciendo, lo cual nos ligaba al avivamiento que ellos estaban experimentando. La carta decía lo siguiente: “Mi estimado hermano en la fe: Muchas gracias por su amable carta. Me siento impresionado por su sinceridad y la honestidad de su propósito. Congregue a las personas que estén dispuestas a rendirse totalmente. Oren y esperen. Crean en las promesas de Dios. Reúnanse todos los días. Que Dios les bendiga, es mi sincera oración. Suyo en Cristo, Evan Roberts”. (Frank Bartleman – Azusa Street)
“Le escribí otra carta a Evan Roberts, pidiéndole que continuara orando por California. De esta manera nos manteníamos unidos con Gales, orando por el avivamiento. En aquellos días poco se entendía la oración verdadera. Era difícil encontrar un lugar tranquilo donde uno no fuera molestado. Las experiencias “en el Getsemaní”, con Jesús, eran raras entre los santos en aquella época. Y ahora está rápidamente volviendo a suceder lo mismo entre las obras misioneras pentecostales. En la época de la Obra Misionera de la calle Azusa, en lo primero que se pensaba para tener una obra misionera adecuada era en el cuarto de oración. Ahora esto parece ser, generalmente, lo último que se considera.” (Frank Bartleman – Azusa Street)
“Le escribí por tercera vez a Evan Roberts para pedirle que siguieran orando por nosotros desde Gales. En esos días, después de predicar, generalmente yo llamaba a los santos a ponerse de rodillas y orar durante horas antes de levantarse. El Señor me movió a escribirles a varios líderes en todo el país, para que oraran por el avivamiento. El espíritu de oración crecía continuamente…La vida de oración es mucho más necesaria aún que edificios u organizaciones. Muchas veces se utilizan estos últimos para reemplazar aquella. Las almas nacen al reino solo por medio de la oración.” (Frank Bartleman – Azusa Street)
“Durante varios días sentí que llegaría otra carta de Evan Roberts. En efecto, pronto llegó una. Decía: “Loughor, Gales, 14 de noviembre de 1905. Mi apreciado compañero: Qué puedo decirle que pueda alentarlo en esta terrible lucha… Creo que es verdaderamente temible. El reino del maligno está siendo sitiado por todas partes. ¡Oh, millones de oraciones, no sólo fórmulas de oraciones, sino las mismas almas están hallando el camino hacia el Trono Blanco ! La gente de Gales puede orar durante este último año. Que el Señor les bendiga con un poderoso derramamiento. En Gales parece como si el Santo estuviera descansando sobre la congregación, esperando que se abran los corazones de los seguidores de Cristo. El sábado pasado, por la noche, tuvimos un portentoso derramamiento del Espíritu Santo. Esto fue precedido por la corrección de los puntos de vista de la gente sobre la verdadera adoración: 1.- Dar a Dios, no recibir. 2.- Agradar a Dios, no a nosotros mismos. Por lo tanto, mirando a Dios y olvidando al enemigo y el temor del hombre, oramos, y el Espíritu de Dios descendió. Ruego que Dios escuche vuestra oración, mantenga fortalecida vuestra fe y salve a California. Sigo, vuestro hermano en la lucha, Evan Roberts”. Esta era la tercera carta que había recibido de Gales, de Evan Roberts, y creo que sus oraciones tuvieron mucho que ver con nuestra victoria final en California.” (Frank Bartleman – Azusa Street)
“Evan Roberts nos cuenta sobre su propia experiencia con Dios: “Un viernes por la noche, la primavera pasada, mientras oraba junto a mi cama antes de retirarme a descansar, fui llevado a una gran expansión, sin tiempo ni espacio. Era comunión con Dios. Antes de esto, yo había tenido un Dios lejano. Esa noche sentí miedo, pero nunca más volví a sentirlo. Tan fuerte era mi temblor que sacudía la cama, tanto que mi hermano despertó y me sujetó, pensando que yo estaba enfermo”. Esta experiencia se repitió todas las noches durante tres meses para Evan, desde la una de la madrugada hasta las cinco. Aproximadamente en esta época, Roberts escribió un mensaje al mundo sobre esto, que decía: “El avivamiento en el sur de Gales no es de los hombres, sino de Dios. Él se ha acercado mucho a nosotros. Este movimiento no es cuestión de credos ni de dogmas. No enseñamos doctrinas sectarias, solo la maravilla y la belleza del amor de Cristo. Se me ha preguntado sobre mis métodos. No tengo ninguno. Nunca preparo lo que diré, sino que le dejo eso a Dios. No soy la fuente de este avivamiento, sino un agente entre lo que está creciendo hasta llegar a ser una multitud. No deseo seguidores personales, sino que el mundo sea de Cristo. Creo que el mundo está llegando al umbral de un gran avivamiento religioso, y oro diariamente para que me sea permitido ayudar a provocarlo. Maravillosas cosas han sucedido en Gales en unas pocas semanas, pero esto es sólo el comienzo. El mundo será barrido por su Espíritu como por un viento recio. Muchos que ahora son cristianos silenciosos
liderarán el movimiento. Verán una gran luz, y la reflejarán a miles de personas que ahora están en tinieblas. Miles de personas harán más de lo que nosotros hemos logrado, conforme Dios les dé el poder” (Evan Roberts). ¡Qué maravillosa humildad! Este es el secreto de todo poder. Un testigo presencial, inglés, escribe sobre el avivamiento en Gales: “Nunca antes he sido testigo de un amor tan grande por las almas. He visto al joven Evan Roberts convulsionado de pena, y clamando a quienes lo escuchaban para que oraran. ‘No cantéis’, exclamaba, ‘es demasiado terrible como para cantar·… (Muchas veces la convicción se ha apartado del pueblo cuando este canta demasiado.)
Otro escritor declara que no era la elocuencia de Evan Roberts lo que quebrantaba a los hombres, sino sus lágrimas, “Roberts se quebraba, llorando amargamente para que Dios los doblegara, en una agonía de oración, con lágrimas cayendo por sus mejillas, todo su cuerpo convulsionado. Hombres fornidos se quebrantaban y lloraban como niños. Las mujeres gritaban. El sonido del llanto y el gemido llenaba el aire. Evan Roberts, en el clímax de su agonía, solía caer sobre el púlpito, mientras muchos de los que estaban en la multitud se desvanecían.” (Frank Bartleman – Azusa Street)
Frank Bartleman - Azusa Street
Frank Bartleman – Azusa Street
“Gales ya no estará sola en este glorioso triunfo para nuestro Cristo. El espíritu del avivamiento viene sobre nosotros, movido por el aliento de Dios, el Espíritu Santo. Las nubes se están juntando rápidamente, enormes, para una lluvia poderosa, cuya precipitación no se tarda.
“Del polvo de oscuras y despreciables circunstancias surgirán héroes, cuyos nombres serán grabados en la eterna página de gloria del cielo. El Espíritu se mueve sobre nuestra tierra una vez más, como en la aurora de la creación, y la luz de Dios lo precede. ‘Hágase la luz.” Hermano, hermana, ¿comprendes lo que sucedería si todos creyéramos en Dios?
Muchos de nosotros, aquí vivimos solo para eso. El volumen de la oración sube noche y día hasta el trono. Los Ángeles, el sur de California, y el continente entero se encontrarán en breve en el umbral de un poderoso avivamiento, por el Espíritu y por el poder de Dios.” – F. Bartleman, en “Camino de Fe”, 16 de noviembre de 1905- (Libro Azusa Street)
El que sigue es el testimonio del Mayor Russell, del Ejército de Salvación, quien presenció algunos cultos de Evan Roberts.
“Así que le dije: Bueno, ¿qué pasa con el avivamiento de Gales? Él dijo: “Te voy a contar lo que pasó en el avivamiento en Gales”. Él dijo: “Yo estaba con William Booth en su oficina. Estábamos teniendo reuniones en Londres. Y alguien me envió un aviso de mi esposa que decía: Ha surgido un avivamiento, hay un joven de unos 20 años, Evan Roberts, y el avivamiento surge dondequiera que él va. Él ni siquiera deja que las personas lo anuncien, no deja poner su foto en el periódico. Ellos sólo informaban que él estaba llegando a Swansea (una ciudad de Gales) y todas las iglesias de la ciudad estaban llenas, porque no sabían a cual él iría”. Russell dijo: “Bueno, yo sabía que tenía viernes por la tarde libre…podría irme viernes por la tarde. Y tengo el sábado libre y podría volver el domingo y llegar a la oficina el lunes por la mañana”. Luego dijo: “Fui allí y la reunión estaba llena …En una reunión Evan Roberts llega, y tenía 800 personas, que no es mucho en América, pero allá es la capacidad de la mayor sala de la ciudad. Evan va hasta el asiento de adelante, se sienta, inclina la cabeza, ¡y ora por tres horas!. Pero luego él se puso de pie durante 15 minutos y predicó como usted nunca ha oído en su vida. El Espíritu Santo vino sobre él. Era un hombre alto. Cuando él oraba, Dios simplemente descendía y cubría a la audiencia. Eso ocurrió más de una vez “. Él dijo: “Había algo más acerca de ese joven …al final de la reunión, [Evan] dijo: ‘No, no, no …” (como que eso no era suficiente). Después de él haber orado 3 horas, y hablado por 15 minutos, él salía a las 10 de la noche, y oraba toda la noche por unción para el día siguiente”. Nuestros hombres no hacen eso, ellos van, están sentados, hablan y hacen bromas tontas. Queremos ser espiritual y carnal, caliente y frío, todo para Dios, todo para los hombres. Y Dios dice: ¡No! Russell dijo: “El primer día, muchacho, yo estaba involucrado. Allí estaba la predicación de un joven que predicaba como nunca nadie había predicado en mi vida, orando como nunca nadie había orado en lágrimas. Yo lo escuché el primer día, y pensé: ‘Bueno, yo todavía puedo tomar el tren durante la noche y regresar a la oficina por la mañana’. Pero, muchacho, la noche del domingo fue mejor, y entonces yo estuve al día siguiente. Y luego pensé: ‘Bueno, estoy en problemas de todos modos, el General vendrá detrás de mi.” Y él regresó a casa recién el sábado. Y él entra en la oficina y el General William Booth se dio la vuelta y dijo: “Russell, ¿dónde has estado?” Y él dijo con calma: “General…. yo fui al cielo.” [William Booth]: “¡¿Fuiste adónde?!” Él: “Yo fui al cielo.”… [William Booth]:” ¿Como es eso, que fuiste al cielo?” Él dijo: “Señor, el Espíritu de Dios está en un hombre en el país de Gales, un joven, casi sin educación, él no fue al Colegio del Ejército de Salvación, pero Dios está sobre él. Él estuvo oculto durante 13 años “…Dios Mío, él tenía sólo 26 años de edad y oró durante 13 años. El General [William Booth] dijo: “Hábleme de eso, Y él dijo: “El General se relajó, y entonces yo le dije cómo Dios había trabajado, y dije que no había gente pidiendo ofrendas, ellos vienen y corren hacia el altar para llorar, y que la policía no arresta a nadie. Los jueces no trabajan… pues los tribunales están cerrados. Los burdeles fueron cerrados. Había reuniones de oración en la mina de carbón, ellos comían antes de comenzar el trabajo, y después pasaban el resto del tiempo orando en el momento de la cena, o cantando en las minas de carbón “. Y él dijo: “He venido a decirle los milagros que están ocurriendo. El general puso su dedo hacia arriba y le dijo: ¿Tu recuerdas Russell, en el principio, en los primeros días del Ejército de Salvación? Fue exactamente de esta manera. La gloria del Señor descendió. Pero nos estamos comercializando, nos estamos mecanizando. Tenemos que volver a la Gloria del Señor.” (Testimonio del Mayor Russell, del Ejército de Salvación, contado personalmente a Leonard Ravenhill – traducido por Diarios de Avivamientos)
“Estar en una reunión de Evan Roberts era una experiencia sobrenatural. Él tenía la capacidad de hacer sentir la presencia del Espíritu Santo, casi como una fuerza tangible. Hacía que la persona común que iba a la iglesia tomara conciencia del mundo espiritual, especialmente en el área de la pureza y la santidad hacia Dios. Dado que raramente predicaba, Evan permitía que tres mujeres cantantes, Annie Davies. Maggie Davies y S. A. Jones, viajaran con él. Muchas veces estas mujeres cantaban mensajes inspirados por Dios a la congregación. Evan reprendía a cualquiera que intentara detener su canto. Él creía que el Espíritu Santo debía tener el rol primordial y nadie tenía derecho a interrumpirlo: de ser así. se estaría abriendo las puertas a una clase de autoridad y control equivocados. Para Evan, el Espíritu Santo no era una fuerza invisible, sino una Persona Divina que debe ser alabada y adorada por derecho propio y obedecida hasta el fin. Llegó a tal punto que cuando una o dos personas en la congregación no participaban. Evan se ponía de pie y decía: “El Espíritu no puede estar con nosotros ahora”. Y muchas veces, después de esto, se retiraba.” ( Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Agotamiento y colapsos nerviosos de Evan Roberts
“En 1905. Evan Roberts sufrió una gran confusión mental. Muchas veces decía que deseaba participar de “los padecimientos del Maestro”. Algunas veces comenzaba un culto con gran gozo, y repentinamente saltaba, agitando los brazos, y reprendía severamente a quienes no eran de corazón puro. Luego amenazaba con abandonar el culto. Le comentaba a su amigo, Sidney Evans, que tenía miedo de hablar palabras que no fueran de Dios. Escuchaba muchas voces, y algunas veces no estaba seguro de cuál era de Dios, y cuál era la suya.
También estaba constantemente examinándose a sí mismo en busca de algún pecado no confesado. Su principal temor era que la gente lo exaltara a él en lugar de exaltar a Dios. Mientras el avivamiento continuaba y comenzaban a hacerse visibles algunas necesidades específicas, Evan comenzó a operar en los dones del Espíritu. Por ignorancia, la gente decía que Evan era telépata, ya que no comprendían cómo podía lograr tal exactitud espiritual. Pero en lugar de detenerse a enseñar a la gente lo relativo a los dones del Espíritu, Evan simplemente continuaba practicándolos.
Algunas veces Evan nombraba un pecado específico que estaba presente y pedía arrepentimiento inmediato. Otras veces sabía que había alguna persona fuera del templo, agonizando delante de Dios. Entonces dejaba abruptamente el lugar, salía a la calle y encontraba a esa persona, de rodillas, clamando a Dios. Las voces que Evan escuchaba comenzaron a preocupado cada vez más. Pero en lugar de buscar consejo de líderes más maduros. decidió continuar siguiendo las señales e ignorando su inquietud interior. Fue en este momento que Evan Roberts sufrió su primer colapso emocional, y se vio obligado a permanecer en el hogar de un amigo, y cancelar sus reuniones.
Cuando todos se enteraron de que las reuniones se habían cancelado, se ofendieron y se pusieron furiosos. Aunque estaba terriblemente fatigado, Evan se dejó llevar por la presión y puso una nueva fecha para la reunión. Pero tal como era de esperarse, en la reunión. Evan estaba algo confuso y reprendió severamente a la multitud.
Las acusaciones y las críticas se extendieron como un reguero de pólvora. Cada día aparecían nuevos y amargos cargos en periódicos y cartas. Y cada nueva reunión estaba llena de agnósticos desafiantes que decían que Evan “llevaba un fuego falso” y lo llamaban “profano”. Sus amigos trataban de justificar sus acciones, diciendo que era un ministro joven e inexperto, y que era de esperar que cometiera “los errores que cometen los jóvenes”. Pronto, Roberts sufrió un nuevo colapso físico y emocional y, para deleite de sus críticos, canceló todas las reuniones. Entonces se lo consideró insano, y los que se habían convertido en el avivamiento comenzaron a dudar si no habrían sido engañados por Satanás. En respuesta a este exabrupto, un psicólogo que examinó a Evan publicó este comentario: “Nuestros organismos no pueden soportar tales implacables tensiones y repetidos choques violentos, que sacuden los nervios y dejan exhaustos al cerebro y al cuerpo”. Con esto, Evan cayó en el silencio por un tiempo.” (Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Evan Roberts
“La gente que apoyaba a Evan, sin dejarse influir por los críticos, inundaba a su secretaria con invitaciones para ministrar. Después de un breve período de descanso. Evan decidió aceptar las invitaciones, y publicó en los periódicos el itinerario que seguiría. El día de la primera reunión, las calles estaban atestadas de gente. Cientos de personas llegaron desde temprano para conseguir asientos. Cuando estaba a punto de comenzar, la secretaria de Evan subió a la plataforma y leyó una nota escrita por él: “Dile a la gente que no iré al culto. El Espíritu me impide ir y no puedo hablar”. Hubo grandes gritos de desilusión e ira. Aun los amigos de Evan no podían apoyar esta” guía del Espíritu”. Lo mejor que podían decir de él era que estaba bajo una gran presión.
Evan se encerró para pasar tiempo en oración y lectura de la Palabra, y después de otro breve período de descanso, volvió al ministerio público. Esta vez los resultados fueron como en los primeros días del avivamiento. Evan se veía a sí mismo como “el mensajero especial del Señor que levantaría a las iglesias para la tarea de salvar a la nación”. Una vez más se levantaron agudas críticas en su contra. Evan, que ya no se caracterizaba por su mansedumbre, respondió abiertamente a los líderes públicos y anunció que una iglesia en particular en la que estaba ministrando “no estaba fundada sobre la Roca”. Un golpe devastador se produjo en una reunión de hombres en esta misma iglesia cuando Evan reemplazó al pastor, y debió enfrentarse a cientos de hombres muy molestos. Cuando llegó, no quiso subir a la plataforma. y prefirió quedarse sentado, en silencio, en su silla, durante dos horas. Mientras los ministros lo criticaban abiertamente allí mismo. Evan se levantó y abandonó la capilla. Cuando el pastor regresó, prometió que las reuniones continuarían en paz, y rogó a los ministros que se condujeran de manera pacífica. Cuando Evan subió a la plataforma esa noche, simplemente sonrió y exhortó a la congregación a estudiar el verdadero Pastor, en Ezequiel 34,3.
Debido a su frágil constitución, las heridas emocionales de Evan se hicieron más difíciles de sanar. Se molestaba en gran manera por pequeñas cosas. Cuando alguien decía que los convertidos “ladraban como el diablo” o “seguían a sanadores y profetisas”, él lo tomaba en forma personal. Como consecuencia, se sentía deprimido gran parte del tiempo.” ( Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Aparece Jezabel
“En la reunión de Keswick, la Sra. Jessie Penn-Lewis se presentó a Evan. La Sra. Penn Lewis era una mujer inglesa muy rica e influyente en la sociedad. Ella también ministraba, pero su ministerio había sido objeto de burlas por parte de los galeses. debido a serios conflictos doctrinales. Ellos rechazaban sus enseñanzas sobre el “sufrimiento” y abolieron su ministerio en su nación. Cuando la Sra. Penn-Lewis escuchó el mensaje de Evan sobre la cruz, se acomodó a esta enseñanza para ganar su aceptación. y confió a algunos amigos que Evan “también había sido duramente sacudido y necesitaría alguna clase de escape”. Entonces convenció a Evan de su posición, mientras destacaba las enseñanzas excelentes que él daba y los abusos que debía sufrir a causa de ellas. En su estado de debilidad. Evan sucumbió a su influencia. A menos de un mes de estar continuamente en compañía de Penn-Lewis, Evan sufrió su cuarto y más serio colapso nervioso.
Algunas cartas que han sido recientemente descubiertas muestran que Penn-Lewis tenía oscuras intenciones con respecto a Evan Roberts. Ella utilizó su nombre repetidas veces mientras defendía sus propias creencias y métodos. También dijo a los ministros de Gales que estaba tan herida por la opinión que tenían de ella, que no regresaría a su país. Y agregó que sería mejor para Evan mantenerse lejos de Gales, dado que, como ella, él estaba “demasiado destrozado como para hacer algo”. Después de este anuncio de la Sra. Penn-Lewis, Roberts fue rápida y secretamente llevado en tren fuera de su amada patria natal, el lugar donde había ministrado. Penn-Lewis y su esposo llevaron a Evan a su propiedad en Inglaterra, llamada Woodlands. Allí construyeron un nuevo hogar que respondiera a las necesidades de Evan. Le construyeron un dormitorio. un cuarto de oración, y su propia escalera privada. Allí fue que el gran evangelista quedó confinado a la cama.
Mientras estaba en Woodlands. Penn-Lewis visitaba diariamente a Evan. Él la escuchaba respetuosamente mientras la mujer hablaba de los errores y los juicios equivocados que según ella, él había cometido durante su ministerio. Pero Evan no podía discernir que todo lo que ella decía estaba basado enteramente en sus propias opiniones. En sus visitas a Evan, que estaba postrado en cama, Penn-Lewis comenzó a preguntarle sobre los dones sobrenaturales que operaban por medio de él. La mujer llegó a la conclusión de que la depresión de Evan se debía a esta actividad espiritual. Criticando estos dones que habían sido dados a Evan, Penn-Lewis le advirtió que a menos que crucificara totalmente el yo, estaría engañándose. Lleno de condenación, Evan finalmente aceptó que todas las manifestaciones sobrenaturales que había experimentado no podían haber provenido de Dios y llegó a la conclusión de que, además de confundir a las multitudes, él mismo había sido engañado por las manifestaciones sobrenaturales. A partir de este momento, Evan decidió, bajo la influencia de los consejos de la Sra. Penn-Lewis, que no volvería a confiar en ningún mover de lo sobrenatural. Y llegó a la conclusión de que para que el Espíritu Santo pudiera moverse a través de un creyente, este debería tener muchísima más sabiduría y experiencia que las que él poseía. El estado depresivo del líder del avivamiento lo volvía extremadamente frágil, y el aguijoneo constante de Penn-Lewis lo hacía sentirse aún más frustrado.
Aunque Evan estaba aislado en el hogar de los Penn-Lewis, un ministro y un amigo recibieron permiso para visitarlo. Al aconsejarlo y orar con él, influyeron en gran manera en su recuperación. Su amor alentó mucho a Evan espiritualmente, pero debió pasar otro año antes que el líder, que tanto había sufrido emocionalmente, pudiera ponerse de pie o caminar.
Después de un año, algunos médicos aconsejaron a Evan no volver a ministrar desde el púlpito. Podría aconsejar en forma informal, pero le advirtieron que no volviera a predicar. ( Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
981
“Es increíble ver cómo el líder de un avivamiento nacional que alguna vez fuera tan fuerte e invencible por el poder del Espíritu Santo, podía ahora ser tan sometido, controlado y engañado. Las historias bíblicas de Elías y Jezabel, o de Sansón y Dalila, se repiten a lo largo de la historia.
En 1926, el padre de Evan cayó enfermo. Cuando su hijo regresó a su casa para visitarlo, la familia lo recibió bien. Todos estaban felices de verlo y le aseguraron que todo había sido perdonado. Mientras él estaba allí. algunos miembros de una capilla le pidieron que predicara en un culto. Olvidando el consejo de los médicos. Evan subió al
púlpito. Aunque la congregación estaba sorprendida por su apariencia, como la de un hombre mayor de edad, reconocieron el poder del Espíritu Santo que aún resonaba en su voz. La gente se entusiasmó tanto que comenzó a correr el rumor por el norte de Gales: “¿Volveremos a tener un avivamiento?”
La Sra. Penn-Lewis murió de cáncer pulmonar en 1927. Evan había anhelado regresar a su tierra natal en Gales durante un tiempo. Después de la muerte de la mujer, en 1927, Evan regresó a su hogar en forma permanente. Es interesante el hecho de que aunque había comenzado a visitar Gales. nunca volvió a establecerse allí hasta que Penn-Lewis murió.” ( Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
Evan Roberts - diarios de avivamientos
Evan Roberts
“El padre de Evan murió en 1928, y en el funeral. Evan hizo algo inusual. Mientras alguien hablaba solemnemente comentando las virtudes de su padre, él lo interrumpió y dijo: “Esto no es una muerte; sino una resurrección. Demos testimonio de la verdad”. Una persona comentó sobre este hecho: “Fue como si nos corriera electricidad por el cuerpo. Sentimos que si hubiera continuado, habría comenzado otro avivamiento en ese preciso momento y en ese preciso lugar. “‘
En realidad, se produjo un breve avivamiento. Los diáconos de Moriah pidieron a Evan que participara en un culto especial. Cuando decidió predicar, la noticia recorrió todo Gales. Comenzaron a llegar visitantes en masa, y la gente del lugar se apresuraba para ir a los cultos después del trabajo. Dos horas antes que comenzara el culto. la capilla estaba abarrotada. Afuera, en las calles, otra gran multitud se había reunido. Los jóvenes estaban ansiosos por escuchar al hombre del que habían hablado sus padres. Evan habló con calma a la multitud y luego salió a la calle para hablar a los que habían quedado afuera.
Durante este breve período, Evan visitó varias capillas, advirtiendo a la gente sobre el materialismo sofocante que se había infiltrado en la iglesia.
Un año después, Evan Roberts desapareció completamente de la vida pública.
Evan Roberts fue sepultado el 29 de enero de 1951 a la edad de setenta y dos años. Fue enterrado en la parcela que su familia poseía detrás de la Capilla Moriah en el norte de Gales. Algunos años después, se levantó una columna en su memoria en el frente de Moriah, conmemorando sus esfuerzos por extender el avivamiento.
Realmente, Evan Roberts fue un gran líder del avivamiento, que tuvo las claves del despertar espiritual. Fue pionero de un tremendo mover del Espíritu de Dios en Gales. Pero cuarenta años después, ni siquiera restos de ese avivamiento podían encontrarse en su tierra natal. Este sería solamente un recuerdo en los corazones de quienes lo experimentaron. Pero… ¿por qué sólo un recuerdo? Porque un hombre no puede llevar todo el peso de un avivamiento por sí solo. Puede liderar un mover de Dios, pero el pueblo también tiene que hacer su parte. Si el mover de Dios se desvanece, es en parte porque el pueblo nunca continuó avanzando en lo que había recibido. Por eso, nos equivocamos si echamos toda la culpa sobre el líder. Hay una multitud de preguntas sin respuesta sobre la vida de Evan Roberts. Algunos creen que Evan recibió de Dios un ministerio público de dos años, y luego fue llamado a pasar el resto de su vida en oración e intercesión por el mundo entero. Si esto fuera totalmente cierto, creo que habría muerto feliz. Pero en sus diarios se encontraron poesías oscuras y depresivas. Cuando tenía más de sesenta años, Evan se preguntaba si le quedaba algún propósito a su vida. Su reacción era una mezcla de “pérdida personal, soledad y fracaso”. Parecía que continuamente estaba buscando qué rol le tocaba representar. Creo que Evan Roberts tenía las verdades que podían sacudir al mundo, pero esas verdades estaban solamente en su corazón. Parece que nunca pudo hallar la clave de la fortaleza emocional. Evan deseaba que su propia personalidad se desvaneciera en las sombras, y muchas veces dijo: “No quiero que me vean a mí”. Pero, en mi opinión. la debilidad de su disposición emocional hizo que se lo viera mucho más que si hubiera tomado su lugar en el liderazgo de autoridad que viene con el mover de Dios.
Para llevar el peso que implica liderar un avivamiento, especialmente si se trata de una nación, las tres partes del ser humano, espíritu, alma y cuerpo, deben ser fortalecidas. Como podemos ver en su vida, el avivamiento implica algo más que una revelación espiritual.
En el comienzo siempre existen el hambre espiritual y la revelación. Pero somos más que seres espirituales. El cuerpo y las emociones humanas deben ser suficientemente fortalecidas con la Palabra de Dios para que el avivamiento pueda permanecer en la Tierra. ( Roberts Liardon – Los Generales de Dios – Tomo I)
La historia del Avivamiento de Gales es una de las más emocionantes, y a la vez, una de las más tristes. Podemos atribuir parte del conflicto a la juventud e inmadurez de Evan, es verdad, pero otros casos similares en la historia de la Iglesia no tuvieron el mismo fin. Recordemos que, por ejemplo, Charles Spurgeon comenzó un ministerio muy grande a una edad menor que Evan. Pero lo que pocos recuerdan, es que la iglesia que trajo a Spurgeon del campo para que sea su pastor en Londres, contaba con un grupo de diáconos maduros y sensibles que se encargaron de cuidarlo, alentarlo y sostenerlo (uno de ellos sería luego su suegro). Charles Spurgeon también pasó por duros momentos de depresión, y tuvo que enfrentar a la crítica más feroz, pero contaba con el apoyo de los líderes de su congregación que siempre le sostuvieron en consejo y oración.
Un avivamiento es responsabilidad de todos, Dios puede levantar un instrumento que ministre de una forma especial, pero es responsabilidad del resto cuidarlo. Muchos quieren comer abusivamente del árbol que da frutos, y se cuelgan de sus ramas hasta romperlas. Muchos quieren vivir de la gloria y fama ajena, formando un grupo de aduladores y no de buenos consejeros. Muchos líderes se “apoderan” de jóvenes que tienen un futuro prometedor y los exprimen hasta la última gota para su propio beneficio, y una vez “secos” lo echan a un lado como un limón sin jugo. El Señor Jesús mismo tenía multitudes que le seguían para sacarle provecho, pero en los momentos difíciles todos le abandonaron, aún sus más íntimos, que no pudieron velar ni siquiera una hora con él.
Que esta triste historia de Evan Roberts, no nos desanime, sino que sea un ejemplo, una advertencia de que el avivamiento no es meramente una “linda sensación, emoción o experiencia”, el avivamiento requiere sacrificio, reforma, negación, madurez, abnegación, lágrimas, humildad, renuncia absoluta y perseverancia. Todos quieren vivir un avivamiento pero no todos están dispuestos a morir a sí mismos para obtenerlo. (Editorial Diarios de Avivamientos)
Evan Roberts - líder del avivamiento en Gales
Evan Roberts – líder del avivamiento en Gales
“Cualquier abaratamiento del precio del Pentecostés sería un desastre de magnitud incalculable. Los que se reunían en el aposento alto, sobre quienes cayó el Pentecostés, habían pagado por él el más alto precio. En esto se habían acercado lo más posible a Aquél que había pagado el más alto precio por enviarlo. ¿Realmente comprendemos cuán enteramente perdidos para este mundo, cuán completamente despreciados, rechazados y descastados eran? Su maestro y líder acababa de ‘ser colgado’, por así decirlo, por la civilización más elevada de su época. Su Calvario estaba completo, por lo que un Pentecostés completo vino a compensarlo. Este último sería similar al primero en su integridad. Nosotros, por lo tanto, podemos, cada uno, decirnos a nosotros mismos: ‘Como sea tu cruz, así será tu Pentecostés’. El camino de Dios para el Pentecostés fue a través del Calvario. Hoy también debe ser así para cada uno. La pureza y la integridad del Pentecostés individual dependerán de la integridad del Calvario individual. Este es un principio inalterable”. (Arthur Booth-Cliborn)
“Casi siempre el avivamiento comienza entre los laicos. Los líderes eclesiásticos rara vez reciben bien una reforma. La historia se repite. Los líderes actuales están, en general, demasiado cómodamente instalados como para desear innovaciones que pudieran requerir sacrificios de su parte. Y el fuego de Dios solo cae sobre los sacrificios. Un altar vacío no recibe fuego. Tanto el frío intelectualismo como el eclesiasticismo formal y la dominación sacerdotal están fuera del genio del evangelio.” (Frank Bartleman – Azusa Street)<
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